Una guerra personal
Pocas películas consiguen resumirnos una guerra de manera tan sutil y completa.
A través de herramientas de narración como un narrador en cartas que fueron enviadas hace años y unidas al Flash-back nos adentra en una guerra donde no solo la vemos como un acontecimiento histórico, si no como un acontecimiento individual con experiencias muy personales.
Las cartas construyendo la historia
Las cartas que enviaba David a su novia y que en el presente son leídas por su nieta, sirven para resumir momentos de la historia que pueden ser días e incluso meses y son importantes que conozcamos pero no tanto como para ser vistas. Nos enfatiza detalles que más a delante serán importantes, anécdotas y temas como la solidaridad. Gracias a la utilización de las cartas hace que en las elipsis no sintamos ningún salto de tiempo creando un flujo temporal. La historia se construye a través de las cartas, por lo tanto los momentos de la historia que no hayan sido escritos en ellas no serán contados ni apoyados por las mismas. La voz en off que acompaña a las cartas es de David, el protagonista y narrador. Es un narrador vinculado a la función gramatical Flash-back psicológica, a pesar de estar muerto su voz es escuchada.
Flash-back como herramienta de escritura
Nos encontramos con un tiempo histórico presente que se encarga de presentar a los personajes, resumir y contextualizar la época histórica y los acontecimientos que más a delante ocurrirán; y con un pasado que nos lleva a él mediante la función Flash-back. Esta función va siendo menos habitual a lo largo de la película ya que sirve para situarnos y presentarnos a los personajes. Hay ciertos elementos, como por ejemplo un pañuelo rojo, un documental, que consiguen llevarnos del presente al pasado y viceversa sin apenas darnos cuenta. No solo enlaza el presente con el pasado a través de los elementos, si no que utiliza analogía de forma, canciones o ruidos. Hay que destacar una gran secuencia resumen de tiempo determinado con escenas cortas que nos sitúa en mitad de una batalla. Comienza con un tipo de luz, unos enfermos, un vestuario y unas armas; a partir de ahí en cada elipsis y cambio de escena vemos el deterioro de la vestimenta, el empeoramiento del enfermo y los cambios de luz, todo hasta llegar a la retirada. Una manera perfecta de resumir un día de batalla en cinco minutos.
Para terminar con la historia y cerrar la unidad estructural nos trae al presente con una analogía de imagen visual perfecta del entierro de él y de Blanca, eliminando una elipsis de años y una carta que lo resuma. Ken Loach ha conseguido retratar una guerra de manera más personal donde no solo vemos las barbaries que toda guerra conlleva, si no que hemos visto el sufrimiento de cada uno de los personajes reiteradamente y hemos sido conscientes de como afecta a las relaciones personales.
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